miércoles, 30 de julio de 2008

Breve historia del barrio “La Huerta de la Condesa” de Motril
(aportada por el historiador motrileño Manuel Domínguez García)

El espacio geográfico ocupado hoy por el Barrio de la Huerta de la Condesa, fue antiguamente una casa solariega y huerta que perteneció al condado de Bornos.

Lindaba antiguamente con la Rambla de Capuchinos por el oeste y el Cuartel del Regimiento de la Princesa (después sería el Cuartel Viejo de la Guardia Civil), por el sur con el Camino del Toledano (hoy calle Cuevas), por el este con la Ramblilla del Toledano y el Ingenio del Toledano y por el norte con el Camino de Castil de Ferro.

Constituía la huerta un cercado de forma casi cuadrada de unos 180 pasos de lado (cada paso es igual a 75 cm.), aproximadamente unos 20.000 m2 (unos 40 marjales). La rodeaba un muro de 16 pies de alto con machones.

Es posible que esta huerta fuese adquirida en 1.499 por Francisco Ramírez de Madrid, primer conde de Bornos al mudéjar Hamete Trabón y estaba constituida en esta época por una huerta llana de tierra calma de unos 40 marjales y una casa.

En los siglos XVI y XVII existió en esta zona un ingenio de fabricación de azúcar que perteneció al milanés Vicencio Gruço de Gabaricio, ingenio que estuvo funcionando hasta finales del siglo XVII que se abandonó y quedó en ruinas.

Posteriormente, seguramente a principios del siglo XVIII, este edificio en ruinas fue comprado por el condado de Bornos y añadido a su huerta.

En 1.759 el conde de Bornos reedifica el antiguo edificio del Ingenio de Vicencio y lo convierte en un trapiche que mantiene el antiguo nombre.

En este trapiche se instalaron por primera vez en Motril en 1.824 unos hornos de reverbero y la recogida de humos se hacía en una chimenea de unos 30 metros de altura que se veía desde todo Motril y que fue famosa porque, de noche, en la época de funcionamientote de la fábrica por servir casi como un faro para los viajeros, ya que se veía desde varias leguas de distancia porque arrojaba por su boca grandes llamaradas, humo muy denso y muchas chispas.

El trapiche de Vicencio estuvo funcionando hasta 1.840 y pronto estaría en ruinas.
Pocos años después, el viejo edificio fue derribado en parte y en su espacio la condesa viuda de Bornos, Dª Francisca Belbis de Moncada, construyó una singular casa octogonal y continuó con el cultivo de la huerta, que empezó a ser conocida en Motril como la “Huerta de la Condesa”.

El agua para regar la huerta se traía desde el siglo XVIII por una cañería hasta una alberca desde la “Huerta de la Noria” que estaba junto a la acequia.


Motril, 30 de Julio de 2008

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